La cura mortal. El corredor del laberinto III.

 «MÁTAME. SI ALGUNA VEZ HAS SIDO MI AMIGO, MÁTAME». Desde hace tres semanas, Thomas vive en una habitación sin ventanas, de un blanco resplandeciente y siempre iluminada. Sin reloj y sin contacto con nadie, más allá de las tres bandejas de comida que alguien le lleva a diario (aunque a horas distintas, como paradesorientarle). Al vigésimo sexto día, la puerta se abre y un hombre le conduce a una sala llena de viejos amigos. —Muy bien, damas y caballeros. Estáis a punto de recuperar todos vuestros recuerdos. Hasta el último de ellos.

Esta trilogía comenzó con mucha fuerza pero creo que, libro tras libro, se ha ido desinflando un poco. No porque alguno de los libros flojee ni sea más pesado o con una narrativa peor que los otros, lo que pasa es que ya en este último volumen el tipo de situaciones comienzan a sernos repetitivas. Y digo el tipo de situaciones en general, es decir: suceden hechos y circunstancias diferentes durante la trama, pero ya parece que vamos dando tumbos sin control, de susto en susto, de peligro en peligro y de desgracia en desgracia, aunque esto de las desgracias era más válido para el segundo volumen, como comenté en la reseña. En esta entrega son más peligros que desgracias los que vuelven a acechar a nuestros protagonistas. 

La verdad es que no es justo calificar esto como una pega, porque si te pones a leer estos libros ya sabes a lo que vas, y supongo que si te ofrecieran algo diferente en la segunda o tercera entrega, también nos quejaríamos porque nos sentiríamos estafados. Pero creo que con un par de libros, que contuvieran un poco más condensada la trama, hubiera sido suficiente en lugar de tres.

El primero lo comencé con las expectativas muy altas y no me defraudó, me pareció super emocionante, misterioso y enigmático, estaba deseando saber como continuaba todo. 

El segundo también me gustó bastante porque era igualmente emocionante, quitando la pequeña pega que se saqué en la reseña respecto a que eran demasiadas desgracias tras desgracias. A los pobres protagonistas les pasaba, un poco, como al "Galgo Lucas" que cuando saltaba la liebre los pillaba meando... bueno... más o menos ;P

Y este tercer tomo me ha gustado porque se mantiene en la linea de los anteriores en todos los aspectos; no decae la acción ni la intriga, ni da un bajonazo la trama ni el estilo, pero  ya se me estaba empezando ha hacer todo el conjunto de la historia un poco largo. 

Lo que sí  me ha gustado es el final, porque según tenía entendido, te quedabas con muchas dudas, todavía, al concluir la lectura, por eso yo iba preparada esperando lo peor. Pero no, a mí me parece que todo queda atado, al menos en lo que se refiere al final que les depara la historia a todos los protagonistas. Además, creo que es un final esperanzador. Vamos, que esperaba que quedara todo más en el aire pero me ha parecido que termina correctamente y el final es bastante concluyente. Cosa que agradezco, ya que debido a los tintes tan misteriosos que toma en general la historia, pensaba que igual el autor no sabía como resolver el entuerto y tomaba las de "Villa Diego" dejándonos con un final totalmente abierto y carente de respuestas por completo. 

Has sido buen chico James, menos mal, porque si no ya te hago la cruz para toda mi vida lectora...

¡Como no me fastidian a mí, "ni na" los finales poco concluyentes...!!

En fin, recomiendo la lectura de la trilogía en general, sobre todo la del primer libro. Como he dicho, me hizo disfrutar muchísimo, el segundo sigue en la misma linea, más o menos, y éste tercero considero que es un buen final y una correcta forma de terminar la saga. Aunque, recalco, que en conjunto todo termina haciéndose un pelín repetitivo y largo. 

Mi puntuación es:

6/10

Puntuación de la trilogía:

8/10

Quizás también te interese...

El corredor del laberinto.

Las pruebas.