Déjame entrar.

Oskar, un niño solitario y triste que vive en los suburbios de Estocolmo, tiene una curiosa afición: le gusta coleccionar recortes de prensa sobre asesinatos violentos. No tiene amigos y sus compañeros de clase se mofan de él y le maltratan. Una noche conoce a Eli, su nueva vecina, una misteriosa niña que nunca tiene frío, despide un olor extraño y suele ir acompañada de un hombre de aspecto siniestro. Oskar se siente fascinado por Eli y se hacen inseparables. Al mismo tiempo, una serie de crímenes y sucesos extraños hace sospechar a la policía local de la presencia de un asesino en serie. Nada más lejos de la realidad. 






Conocí esta novela gracias a la recomendación de un amigo. Inmediatamente me llamó la atención por su sinopsis y, debo decir, que mis impresiones fueron acertadas y me ha encantado.
También es cierto, que no había visto ninguna de sus adaptaciones cinematográficas y por eso llegué prácticamente virgen a la historia y me dejé sorprender por ella. No sé si en el caso de haber visto las pelis hubiera perdido ese factor sorpresa y me hubiera gustado menos, puede ser. Pero lo que sí debo decir, antes de que se me olvide, es que he comentado este tema con algunos amigos que sí habían visto las películas y por lo que hemos sacado en claro (sin que yo les hiciera mucho spoiler respecto al libro) es que éste es mucho más completo y que contiene ingredientes, escenas y sucesos que son muy interesantes y que las pelis omiten; como por ejemplo el pasado de la niña protagonista y cosas que le suceden entonces que dan lugar a sorpresas en la historia presente, etc. En fin, ¡que este libro tiene mucha miga y me parece fabuloso!

Este tipo de historias de vampiros atormentados que son víctimas de sus propias circunstancias, son las que más me gustan, no los inventos nuevos de ahora que, pienso, no captan la esencia del mito. Además, he podido disfrutar de su figura en un entorno en el cual no me había adentrado todavía en la lectura, y se trata de una ambientación urbanita y contemporánea.
Esta ambientación, prácticamente carece de descripciones pero deja su esencia impregnada a lo largo de toda la novela y, como era algo novedoso para mí, me ha encantado. Ya que he salido de las ambientaciones de época más o menos antiguas a las que estaba acostumbrada.

El estilo del autor me ha gustado mucho, me ha parecido que tiene carácter y un sello personal a la hora de narrar bastante característico. No da siempre todo mascado al lector, y en muchas ocasiones nos corta la narración en los momentos más álgidos e interesantes, dejándonos con muchísimas ganas de continuar; pero él cambia de tema y de personaje y nos va conduciendo por donde quiere, hasta que va retomando cada uno de los hilos argumentales y les va dando forma. Los va resolviendo y dejando aclarado muy correctamente, dejando esa sensación de satisfacción que tanto me gusta al comprobar que todo queda bien atado. Ya sabéis que odio los cabos sueltos.
De todos modos, hay ocasiones en las que, al llevarnos por donde quiere, como os acabo de decir, dudamos de si todo quedará bien resuelto. Pienso que esto es un recurso utilizado por el autor de una manera sibilina y magistral para crear incertidumbre, pero luego este hombre remata y ¡de qué manera! Gracias por no hacerme un "coitus literatus interruptus" (como yo lo llamo y que tanto odio) porque con lo que me estaba gustando el libro, si lo hace lo mato.

Los personajes protagonistas son tan maravillosos... Y los malos, bueno, los malos los he encontrado de dos tipos: los que he odiado a más no poder y que  hubiera estrangulado con mis propias manos, y otro malo que me ha dado mucha pena, un malo bastante repugnante pero que creo que es un enfermo digno de lástima.

Hacia el final de la novela, hay momentos muy fuertes y asquerosos, que pueden resultar un poco repugnantes, pero esto a mí me encanta. Sí, llamadme sádica o lo que queráis pero me gusta que los autores se mojen, como hace a  veces King, y si se tercia escena gore, escatológica o sangrienta pues que la haya. Estas me remueven por dentro llegando a escandalizar a mi yo más duro, sí, a ese al que casi ninguna lectura de terror le da miedo, y al menos así no me quedo indiferente.

El final me ha gustado y me parece que no podía ser de otra manera, cabían otras posibilidades pero esta es para mí la más correcta. Además, hay una frase que tiene mucha miga y sobre la cual se puede sacar muchísima punta pero no puedo decirla por no descubrir nada.

¡Altamente recomendable!

Mi puntuación es:

10/10

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