Las pruebas. El corredor del laberinto II.

EL LABERINTO ERA SÓLO EL PRINCIPIO. Resolver el laberinto se suponía que era el final. No más pruebas, no más huidas. Thomas creía que salir significaba que todos recobrarían sus vidas, pero ninguno sabía a qué clase de vida estaban volviendo. Árida y carbonizada, gran parte de la tierra es un territorio inservible. El sol abrasa, los gobiernos han caído y una misteriosa enfermedad se ha ido apoderando poco a poco de la gente. Sus causas son desconocidas; su resultado, la locura. En un lugar infestado de miseria y ruina, y por donde la gente ha enloquecido y deambula en busca de víctimas, Thomas conoce a una chica, Brenda, que asegura haber contraído la enfermedad y estar a punto de sucumbir a sus efectos. Entretanto, Teresa ha desaparecido, la organización CRUEL les ha dejado un mensaje, un misterioso chico ha llegado y alguien ha tatuado unas palabras en los cuellos de los clarianos. La de Minho dice «el líder»; la de Thomas, «el que debe ser asesinado.

El libro que hoy os traigo, comienza tan bien como su predecesor se desarrolló y terminó, es decir: repleto de acción, intriga, misterio, suspense y situaciones realmente terribles. 

Por todo esto me gustó mucho cuando lo comencé ya que me estaba ofreciendo los mismos ingredientes y lo estaba pasando igual de bien que lo hice con el anterior. Pero lo que sucede, o al menos así viví yo su lectura, es que esto satura demasiado cuando ya llevamos leído dos tercios de la novela. Es decir: ya empezamos a agobiarnos un poco con tanta desgracia porque incluso le va restando credibilidad a la historia. Vamos, que no salen de una y ya están en otra. 

Lo que pasa es que no me atrevo a juzgar este aspecto a la ligera, tal vez sea como tiene que ser, tal vez todas estas desgracias no sean casuales, la mayoría ya suponemos que no, el mismo título del libro lo indica, aunque todavía no alcanzamos a atisbar qué fin tiene pasar tantas penurias y por qué deben hacerlo. Pero claro, otras pocas que parecen a bote pronto, más aleatorias, ya me han chirriado un poco. En fin, tendré que esperar la lectura del siguiente volumen para poder arrojar un poco de luz al asunto y ver a dónde nos ha querido llevar el autor.

Dejando todo esto a un lado, que es lo que más me ha llamado la atención, debo decir que había leído algunas críticas que no dejaban muy bien parada a esta segunda entrega de la saga. Yo os diría, desde mi humilde opinión, que si os gustó la primera os gustará esta, ya que, como he comentado antes, nos ofrece más o menos lo mismo. Obviando esta sensación, que tal vez podáis tener al igual que yo, de que quizás cae in poco en lo repetitivo. Pero ojo, no porque pasen situaciones parecidas, si no por la sensación de agobio y desasosiego que no nos da tregua en ninguno de los dos volúmenes. Juzgar vosotros mismos si esto es algo positivo o negativo. Yo lo inclino hacia lo positivo, simplemente porque me puede más lo adictivo y emocionante que me ha resultado el libro, antes que cualquier pega que le pueda poner. 

Por otro lado, en cuanto a la narrativa, también continua en la misma linea. Es un estilo sencillo pero efectivo, sin grandilocuencias ni adornos pero que va al grano y creo que consigue lo que  pretende, mantenernos en tensión e intrigados.

Por lo tanto, pese a la pega que os comentaba al principio, ha sido una buena lectura y ha cumplido mis expectativas.

Mi puntuación es:

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